Les comparto con todo mi amor esta receta para las Pascuas. Sentí ganas de compartir algo muy sencillo que pueden hacer en poco tiempo y aportar a su mesa una entrada muy nutritiva. Vamos a utilizar garbanzos fermentados, alga nori, sésamo, aceite de buena calidad y algunos pocos condimentos. Esta comida está llena de proteínas de la los garbanzos y las algas, calcio, yodo, selenio, cobre, zinc, fósforo, vitamina A, vitaminas del grupo B principalmente B1, B2, B3 y ácido fólico.
Lo primero y principal es hidratar y fermentar la legumbre. ¿Fermentar la legumbre? Sí. Esto no lo hace la mayoría pero es una buena manera de hacerla más digerible. Además los garbanzos suelen inflamar si no están bien hidratados y si eres como yo no tendrás la paciencia de quitarles la piel. Pero si lo haces ¡bien por ti! Además, al fermentar vas a transformar los antinutrientes de la legumbre y aumentarás la biodisponibilidad de los nutrientes.
Si bien hace falta tener un poco de experiencia para ver cuando una legumbre fermentó mi sugerencia es que empiecen dejándola en remojo con agua + alga kombu (un trocito) + un medio ácido durante 24 a 36hs como máximo. Más tiempo en invierno y menos en verano.
Pones 1 taza grande o 2 tazas del medidor universal de legumbre seca a fermentar + 4 tazas de agua aproximadamente + 1 a 2 cucharadas de un medio ácido: kefir de agua, vinagre vivo de manzana, jugo de limón, kombucha o alguna bebida probiótica.
Una vez que tu legumbre se hidrató y fermentó la vas a enjuagar y la cocinas hasta que esté blandita. Se deja enfriar y se reserva.
Vamos a utilizar 3 tazas del medidor universal de garbanzos cocidos, 2 cucharadas colmadas de sésamo blanco o integral de buena calidad molidos (en un molinillo de café o en una licuadora pero necesitarás moler más cantidad). Además necesitarás un diente de ajo, 3 cucharadas de aceite de oliva y/o sésamo de primera prensada en frío, ¾ cucharadita de sal del himalaya o sal marina pura, una pizca de pimienta, 2 cucharadas de jugo de limón y una lámina y media de alga Nori.
Vamos a procesar todos los ingredientes en una procesadora de alimentos o en una licuadora profesional hasta obtener una crema homogénea. Si tu maquinaria no es muy potente puedes agregar un poco de agua (pero es mejor no agregar agua). Puedes probar si te gusta el sabor o quieres corregir algo.
Una vez que obtienes la textura deseada y el sabor que te gusta vas a reservar esta preparación en un pote hermético en la heladera, aunque es mejor consumirla a temperatura ambiente en invierno y fresca en verano. Puedes utilizarla para acompañar una ensalada, con bastoncitos de zanahoria y apio, para untar en crackers, pancitos o como más te guste. También lo puedes utilizar como sustituto del “atún” en alguna receta copada que quieras hacer a base de vegetales.
Compartí esta receta con quien lo sientas y disfrutala con las personas que amas. Lo más valioso es el tiempo invertido en ti, en tus amados y en el alimento que tu cuerpo merece.
Te deseo lo mejor ahora y siempre,
Vieirah Kalinichenko